57. Ciclo sobre financiación pública para emprendedores 2#: Préstamos públicos, ventajas e inconvenientes

Continuamos con el el ciclo sobre financiación pública para emprendedores, en particular, hoy hablaremos del más común de ellos: los préstamos, en particular, sobre sus ventajas y sus inconvenientes que deben conocerse para saber tomar la decisión adecuada de pedirlos o no en función de tu empresa y sus necesidades.

En el episodio del martes pasado hablamos sobre los tipos de financiación pública disponibles para emprendedores. Uno de ellos eran los préstamos. Vimos que los tipos más comunes de préstamos públicos eran:

  • Préstamos reembolsables: Básicamente un préstamo habitual.
  • Préstamos participativos: Un préstamo cuyos intereses dependen de lo bien o mal que le vaya a la empresa, según lo que se pacte en las condiciones.
  • Préstamos convertibles: Un préstamo que puede convertirse en acciones según las condiciones que se acuerden.

Hoy quiero pararme un poco más en los préstamos, porque son sin duda el instrumento más utilizado de financiación pública por parte de los emprendedores. ¿Por qué? Pues porque sin duda es lo que más hay. La Administración Pública por lo general no suele querer inmiscuirse en entrar en negocios privados, así que la mayoría de ayudas a empresarios son en forma de préstamos.

Así que como digo hablaré de en mi opinión cuáles son las principales ventajas e inconvenientes principales de estos préstamos públicos. Aunque cada uno es distinto, y sobre todo, se gestiona por un organismo distinto que tiene su forma de funcionar, pero bueno he sacado un poco de factor común para que os hagáis una idea general de cómo van.

Bueno pues comenzamos con las ventajas.

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Ventajas de los préstamos públicos

Sin avales personales

La más importante diferencia que tienen los préstamos públicos respecto a los de entidades privadas es que la mayoría son sin avales personales. ¿Esto qué significa? Pues que si llegado el caso la empresa no pudiera devolver el préstamo, no tendrías responsabilidad personal en devolverlo tú.

¿Parece algo lógico y común, no? Pues no lo es lo habitual. Cuando una entidad privada concede un préstamo a una empresa, particularmente si es una empresa que está empezando, es muy habitual pedir garantías personales.

Por supuesto, hay entidades privadas que sí dan préstamos sin avales personales a empresas, pero claro estamos hablando de empresas que ya tienen una solvencia demostrada y que generan ingresos suficientes mes a mes para poder devolver. Por ello las entidades privadas hacen una auditoría previa concienzuda antes de concederlo. Pero desde luego este no es un caso muy aplicable a emprendedores que empiezan.

Mejores condiciones económicas

Los préstamos públicos, por lo general, tienen mejores condiciones económicas respecto a lo que ofrece el mundo privado o como mínimo iguales.

Por condiciones principalmente me refiero a los intereses, es decir, lo que pagas aparte de la devolución del préstamo en sí, a lo que se llama principal. Este interés al igual que en sector privado puede ser fijo o variable.

Pero también me refiero a mejores condiciones por las comisiones. Por ejemplo, es habitual que un préstamo en un banco tenga una comisión de apertura. Hay préstamos públicos que también las tienen aunque suelen ser más bajas y en algunos casos inexistentes.

Y por último, también es habitual en algunas entidades privadas te pidan productos vinculados, por ejemplo, los famosos seguros, que muchos hemos sufrido alguna vez con las hipotecas y demás. Esto es muy poco frecuente en los préstamos públicos.

Flexibilidad

Pueden darte un préstamo público cuando no te darían uno privado, por ejemplo, hay mucho riesgo cuando estás empezando o innovando. A menudo las startups tecnológicas suelen ser vistas por el sector privado como algo a evitar, así que casi ni con avales a veces te prestan dinero. ¿Qué hacen muchos emprendedores? Pues tirar de tarjeta de crédito, pero claro los intereses son brutales, a menudo el 20% o más, aparte de que está limitado, y por supuesto, es personal.

Por otra parte, a la hora de devolver el dinero prestado como el periodo de carencia, en el que sólo se pagan los intereses, ya de por sí los préstamos públicos suelen dar plazos más largos que los de entidades privadas. Pero es que también ofrecen flexibilidad a la hora de renegociar las condiciones de devolución. Por ejemplo, si llegado el momento en el que tienes que comenzar a devolver el principal, es decir, el importe que te han prestado y no sólo los intereses y no puedes todavía puedes solicitar que te aumenten el periodo de carencia, y a veces suelen ser flexibles. Esto sería más complicado probablemente en una entidad privada.

Esto es especialmente importante para emprendedores, que puede que no lleguen a obtener ingresos suficientes hasta un tiempo después. Por supuesto, hemos de intentar emprender lo más Lean posible, osea ligero evitando gastos innecesarios, pero es muy frecuente que aún así los ingresos no vengan durante un tiempo al ritmo necesario.

Inconvenientes de los préstamos públicos

Pérdida de foco y de astucia

Perdemos mucho tiempo y sobre todo hace que no pongamos el foco en lo más importante: conseguir clientes.

El tiempo es oro en las startups, a menudo los emprendedores nóveles creen que tienen mucho tiempo porque están súper entusiasmados, pero la realidad es que cuando nos ponemos a la faena el tiempo se va volando y empiezan los problemas. Si echamos nuestra energía en buscar el dinero no nos estamos enfocando en lo más importante: buscar clientes.

Además conseguir dinero muy pronto nos hace volvernos más perezosos y menos astutos, y esto es una mala costumbre que cogen los emprendedores sobre todo los que emprenden por primera vez y encima reciben muy pronto el dinero.

Sometido a disponibilidad

No llega cuando lo quieres porque está sometido a burocracias, convocatorias y disponibilidad de fondos, de hecho, a menudo llega cuando menos lo necesitas, cuando ya no te hace falta porque con el dinero que ya te entra de los clientes no necesitas más.

Por supuesto, que alguno podréis pensar: el dinero nunca sobra. Claro, nunca sobra si es ganado, pero si es prestado es distinto, porque si no lo empleas bien incluso aunque creas que lo estás empleando bien, luego a la hora de devolverlo va  ser una faena y puede poner en equilibrio tu empresa. Mi consejo es que si esto os pasa, si os llega el dinero cuando ya realmente no lo necesitéis: no lo cojáis. Sé que es difícil tomar esta decisión, pero creedme, demasiado dinero es tan malo como demasiado poco. Lo he visto y vivido en muchas ocasiones.

No exime de la posible responsabilidad al administrador

Posible responsabilidad del administrador si no declara el concurso a tiempo, puede incurrir en responsabilidad ante el juez que le toque en el concurso de acreedores.

Como sabéis, al menos en España ya una empresa no se puede cerrar sin más. Para cerrarla si hay pagos pendientes como por ejemplo préstamos hay que declarar un concurso de acreedores. Y ahí ya es el administrador concursal y el juez quien decide. No tiene tanto que ver con la entidad pública. Si el administrador concursal y el juez ven que sabías que no ibas a poder pagar el préstamo en breve y que aún así has seguido adelante como si nada, gastando dinero por ejemplo en seguir desarrollando negocio y demás, y no has declarado pueden condenarte a que tú como responsable respondas de forma ilimitada a los acreedores de la empresa. Por tanto, tendrás que devolver el préstamo de tu propio bolsillo. Como entenderéis esto es realmente peligroso. Puedes buscar un problema de por vida.

Conclusión final

Veréis, en mi opinión obtener un préstamo público pone en marcha la cuenta atrás de tu empresa. Así que piénsate muy bien si realmente necesitas pedir ese dinero. No es una tontería, ni un juego, ni una broma endeudar tu empresa, aunque sea con una entidad pública y sin avales.


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¡Ánimo emprendedores!

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